¡Alerta! Lo que no debes hacer para bajar la fiebre
Para aclarar conceptos, se considera fiebre una temperatura corporal superior a 38,3ºC en varias ocasiones como respuesta fisiológica del organismo a diversas causas: infecciosas, inflamatorias, tumorales… También es importante definir “febrícula”, que incluye el intervalo de 37ºC a 37,9ºC.
Las causas por las que aparece la fiebre pueden ser múltiples y son las siguientes:
Patologías crónicas, como insuficiencia renal, diabetes, insuficiencia respiratoria o inmunodepresión.
Enfermedad infecciosa aguda (gripe u otros virus), contacto o convivencia con paciente potencialmente infecto-contagioso (actual caso de SARS Covid-19).
Tratamientos farmacológicos (antibióticos y antiinflamatorios no esteroideos o AINE).
Hábitos tóxicos (consumo de drogas o de alcohol).
Viajes fuera del entorno por turismo o trabajo, contacto con animales o insectos (picaduras o mordeduras).
Hábito alimentario, como la ingesta de agua de río o pozo, consumo de leche o queso sin control sanitario, ingesta de marisco crudo, etcétera.
¿Las convulsiones febriles solo se dan en niños?
Es clásico asociar la fiebre a convulsiones febriles infantiles, pero no solo es en niños si tenemos en cuenta que una fiebre continuada puede alterar el estado de conciencia del paciente, y provocar cefaleas, convulsiones, pérdida de fuerza… Por tanto, un adulto no está exento de problemas neurológicos por la fiebre.