Si te has quedado sin suavizante para tu ropa o simplemente quieres recurrir a una opción más natural, alejada de muchos de los compuestos químicos que incluyen en su composición la mayoría de los productos de limpieza, también aquellos destinados al lavado y cuidado de la ropa, ésta práctica idea puede resultarte muy interesante. Con ingredientes básicos, que probablemente tengas en casa, puedes hacer un suavizante eficaz, con el aroma que prefieras y en muy poco tiempo.
El vinagre, la clave
Teniendo en cuenta su olor fuerte y particular, seguramente nunca has pensado que el vinagre podría ser un perfecto aliado para el cuidado de la ropa. Este condimento, que no deja de sorprender con los múltiples usos que ofrece para la limpieza y el cuidado del hogar, también es eficaz a la hora de dejar las distintas prendas agradables al tacto y, curiosamente, sin que huelan ‘raro’ una vez lavadas y secas.
Hay que matizar que el mejor para estos menesteres es el vinagre blanco, aunque también puedes utilizar el de manzana. Otras variedades, con tonos oscuros derivados de su procedencia (vino tinto) podrían provocar alteraciones en el color. Como ingrediente esencial de tu suavizante casero, el vinagre va a ayudar a que las fibras de los distintos tejidos queden más sueltas y flexibles, contribuyendo a eliminar cualquier minúsculo residuo, incluidos los propios minerales presentes en el agua del lavado.
El vinagre blanco no va a dañar la lavadora o su maquinaria, ni tampoco las tuberías de desagüe. Al contrario, va a favorecer su óptima limpieza reduciendo la presencia de cal acumulada, problema que suele darse en zonas geográficas de aguas de especial dureza. También, la electricidad estática que, en ocasiones, parecen presentar algunas prendas puede disminuir con el uso de este producto casero.
Cómo hacer tu suavizante
Siempre tendrás que reducir la acción potente y el olor del vinagre diluyéndolo en agua. Si añades, además, bicarbonato de sodio en la dosis justa, lograrás una limpieza aún más profunda de cada tejido, reduciendo la rigidez de cada una de las fibras. El resultado va a ser una prenda suave y ‘esponjosa’. Solo falta incorporar el aroma que más te guste en forma de unas gotas de tu aceite esencial favorito.
Paso a paso:
En primer lugar tendrás que hacer la mezcla de agua y vinagre en la proporción adecuada, que como método general es de: 2 medidas de agua por 1 de vinagre.
En un recipiente plástico, vierte primero el vinagre necesario para la cantidad de suavizante que quieras hacer (1, 2, 3… tazas). Seguidamente, añade una cucharada de bicarbonato por cada medida de vinagre. Incorpóralo poco a poco, no de golpe y con cuidado porque, al contacto, la reacción química provocará la efervescencia de la mezcla. En estos minutos no debes removerla.
Cuando el bicarbonato se haya disuelto, añade la necesaria cantidad de agua (el doble), que puede ser del grifo, aunque si es de botella y de baja mineralización, mejor. Ahora sí puedes remover.
Tu suavizante ya está casi listo. Ahora, con ayuda de un embudo, pasa el líquido a una botella de plástico, que puede ser de un suavizante convencional anterior. Antes lávala convenientemente.
Si quieres, para terminar, incorpora unas gotas (5 – 8) de aceite esencial. El de lavanda es especialmente aconsejable, pero también puedes optar por eucalipto, menta, romero, aromas frutales… tú elijes.
Otras ideas y algunos consejos
Ésta no es la única fórmula para hacer un producto natural de este tipo y cada uno puede hacer sus propias mezclas ‘secretas’. Hay quien aprovecha alguna crema o mascarilla capilar o corporal, que ya no utiliza por algún motivo, como puede ser haber dejado el envase mal cerrado y que se presente algo reseca, para hacer un estupendo suavizante casero. En este caso, tendrías que prescindir del bicarbonato y mezclar, por ejemplo y siguiendo las proporciones indicadas, 500 ml. de agua, 250 ml. de vinagre blanco y aproximadamente 150 – 200 gramos de crema. Sera necesario agitar muy bien, incluso con ayuda de una batidora, y dejar reposar el tiempo necesario.
Antes de utilizar cualquiera de las mezclas elegidas, debes esperar al menos 2 – 3 horas aunque lo ideal es dejarlo para el día siguiente a la preparación.
El suavizante casero se emplea igual que cualquiera de los que se comercializan. Échalo, con total normalidad, directamente en el compartimento correspondiente de la cubeta de la lavadora, respetando el límite que marca la cantidad máxima.
Finalizado el ciclo de lavado, tu ropa, especialmente los textiles del hogar como sábanas o toallas, quedarán suaves y con un agradable aroma. Tu lavadora, además, estará más limpia y con menos restos de cal gracias a la acción conjunta del vinagre y del bicarbonato.