El Papa Francisco ha aprobado la canonización del Dr. José Gregorio Hernández

En un hecho histórico que ha llenado de alegría y esperanza a millones de fieles en Venezuela y más allá de sus fronteras, el Papa Francisco ha aprobado la canonización del Dr. José Gregorio Hernández, conocido como el «Médico de los Pobres». Este anuncio, realizado por la Santa Sede, confirma lo que muchos venezolanos esperaban desde hace décadas: que el venerable doctor, símbolo de caridad, ciencia y fe, sea reconocido oficialmente como santo por la Iglesia Católica.
José Gregorio Hernández, nacido el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, estado Trujillo, no solo fue un destacado médico y científico, sino también un hombre de profunda fe y vocación de servicio. Su dedicación a los más necesitados, su humildad y su compromiso con la medicina lo convirtieron en un referente de santidad para el pueblo venezolano, que lo ha venerado por generaciones, incluso antes de su beatificación.
El camino hacia la santidad
El proceso de canonización del Dr. José Gregorio Hernández ha sido largo y minucioso. Fue declarado venerable en 1986 por el Papa Juan Pablo II, y en 2020, el Papa Francisco aprobó el milagro atribuido a su intercesión, allanando el camino para su beatificación. Este milagro ocurrió en 2017, cuando una niña venezolana se recuperó de manera inexplicable de una grave enfermedad tras la oración de su familia al Dr. Hernández.
La canonización, que es el paso final en el proceso de reconocimiento de un santo, se produce después de que la Congregación para las Causas de los Santos presentara al Papa Francisco un segundo milagro atribuido a la intercesión del Dr. Hernández. Este nuevo milagro, que aún no ha sido detallado oficialmente, fue examinado y validado por médicos, teólogos y cardenales, cumpliendo con los rigurosos estándares de la Iglesia.
Un santo para el pueblo
La canonización del Dr. José Gregorio Hernández es un evento de profundo significado para Venezuela, un país que atraviesa momentos difíciles pero que encuentra en esta noticia un motivo de celebración y unión. El Dr. Hernández no solo es un modelo de virtud cristiana, sino también un símbolo de esperanza y resiliencia para un pueblo que ha enfrentado numerosos desafíos.
«José Gregorio es un ejemplo para todos los venezolanos. Su vida nos enseña que, a través de la ciencia, la fe y el servicio a los demás, podemos construir un mundo mejor», expresó el arzobispo de Caracas, cardenal Baltazar Porras, durante una misa de acción de gracias tras el anuncio.
Además, su canonización resalta la importancia de la medicina y la ciencia como expresiones de amor al prójimo, un mensaje especialmente relevante en un mundo que sigue lidiando con los efectos de la pandemia de COVID-19. El Dr. Hernández, quien también fue profesor universitario y pionero en la introducción de la microbiología en Venezuela, representa la unión entre la fe y la razón, un legado que inspira a profesionales de la salud en todo el mundo.
Celebraciones en Venezuela y más allá
La noticia de la canonización ha generado una ola de entusiasmo en Venezuela, donde el Dr. José Gregorio Hernández es ampliamente venerado. En iglesias, hogares y comunidades, los fieles han comenzado a organizar celebraciones para honrar al nuevo santo. Se espera que la ceremonia oficial de canonización, que probablemente tendrá lugar en la Ciudad del Vaticano, cuente con una masiva participación de venezolanos y devotos de otras partes del mundo.
En Isnotú, su pueblo natal, ya se preparan para recibir a peregrinos de todas partes del país y del extranjero. El Santuario Nacional Dr. José Gregorio Hernández, ubicado en esta localidad, es un lugar de peregrinación y oración que atrae a miles de visitantes cada año. Con su canonización, se espera que este flujo de devotos aumente significativamente.
Un legado que trasciende fronteras
La canonización del Dr. José Gregorio Hernández no es solo un evento religioso, sino también un reconocimiento a su legado humanitario y científico. Su vida y obra continúan inspirando a personas de todas las edades y condiciones, recordándonos que la santidad no está reservada para unos pocos, sino que es un llamado al que todos podemos responder a través del amor, la humildad y el servicio. Con este anuncio, el Papa Francisco no solo eleva a los altares a un hombre excepcional, sino que también envía un mensaje de esperanza y solidaridad a un pueblo que ha encontrado en el Dr. Hernández un intercesor y un modelo a seguir. Su canonización es, sin duda, un regalo para Venezuela y para el mundo entero.