El alcoholismo es una enfermedad que causa una profunda agresión a la calidad de vida del paciente y a todos los miembros de su entorno: familiar, laboral y social. Pero, ¿Qué es el alcoholismo?
Es una dependencia del alcohol y una patología producida en la salud de una persona a consecuencia de la ingesta inmoderada de alcohol.
El alcohol o etanol es una sustancia química, habitual en nuestra sociedad, cuyo consumo excesivo da lugar a una intoxicación capaz de producir una larga lista de enfermedades, aumentar exponencialmente la accidentabilidad del sujeto a todos los niveles (accidentes laborales, de tráfico, domésticos, etc.) y, por tanto, es responsable de un gran número de muertes al año en todo el mundo.
¿A quién afecta más?
El alcohol no afecta por igual a todas las personas. El efecto del consumo de alcohol es más devastador en un menor de 25 años, edad a la cual se estima que el sujeto alcanza su madurez orgánica y psíquica, que en otros grupos de mayor edad.
Enfermedades más comunes y sus terapias
El consumo abusivo del alcohol tiene un abanico de afectación bastante extenso en el cuerpo humano tanto en la esfera orgánica como en la esfera psiquiátrica.
- Aumenta el riesgo de aparecer enfermedades infecciosas.
- A nivel cardiovascular, condiciona un aumento de la presión arterial, arritmias y miocardiopatía alcohólica, entre otras dolencias.
- A nivel digestivo, llega a producir esofagitis y gastritis. Además, se relaciona con enfermedades hepáticas, pancreáticas, etc.
- El abuso excesivo de alcohol facilita el desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
- Afecta al aparato locomotor con osteoporosis y osteopenia.
- Afecta al aparato reproductor, provocando fetopatía alcohólica, impotencia sexual o disminución de la libido.
En la esfera psiquiátrica el consumo de alcohol agrava los trastornos psiquiátricos que existían previamente o incluso induce la aparición de nuevos trastornos. A nivel neurológico, produce deterioro cognitivo, encefalopatía o incluso demencia, lesión cerebral y daño cerebral progresivo, depresión, ansiedad, psicosis orgánica, delirios paranoides y celotipias, entre otras patologías.
Actuar cuanto antes
El alcoholismo se convierte en la causa de estos trastornos y es un factor agravante de los mismos. No obstante, el paciente alcohólico se puede beneficiar de la ayuda médica y social. En primer lugar, para abordar el alcoholismo como adicción y, más tarde, para tratar las patologías y consecuencias orgánicas y psiquiátricas derivadas de este trastorno.
Tomar conciencia del problema
Si se consigue una detección precoz del abuso crónico del alcohol es posible alcanzar la curación. “Lo primero que debemos conseguir es que el paciente comprenda que lo que le está sucediendo es consecuencia directa del consumo de alcohol, algo bastante difícil.
Finalmente, y una vez transcurrido este periodo de desintoxicación, la persona alcohólica debe proceder a la deshabituación, cuyo objetivo es la prevención de las recaídas en el consumo.