Los museos de la ciudad argentina de Buenos Aires reanudaron recientemente sus actividades luego de permanecer cerrados más de siete meses por la pandemia de COVID-19, de la mano de protocolos sanitarios y una resignificación de las obras y muestras bajo una nueva normalidad.
En el caso del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), una institución pública que ofrece muestras y exhibiciones de vanguardia, ubicada en el barrio de San Telmo, al sur de la ciudad, comenzó a abrir sus puertas con la exhibición «Sueño sólido», del artista Nicanor Aráoz y curada por la experta Lucrecia Palacios.
«La exposición estaba planificada para abrirse en los primeros días de abril. El aislamiento social preventivo nos detuvo el montaje, con lo cual hubo que replantearse muchas cosas. La producción fue por supuesto más compleja de lo que habíamos pensado inicialmente», dijo la curadora este jueves en entrevista con Xinhua.
Palacios resaltó que la pandemia no obligó a un cambio conceptual en la exhibición de Aráoz porque la obra «señalaba desde antes lugares que la pandemia vuelve a señalar, como el encierro, la potencia del cuerpo, la relación del cuerpo con la naturaleza, la relación del cuerpo con la tecnología, la potencia del estar juntos, las formas colectivas».
Sin embargo, remarcó que «el haber atravesado y seguir atravesando el aislamiento social y la pandemia mundial resignifican» la obra.
Palacios celebró el regreso de las visitas presenciales porque, según explicó, «el contacto físico, la relación personal con las piezas, es de suma importancia. La muestra se puede visitar, por supuesto con protocolos, que cuidan a los que trabajamos en el Museo y a quienes vienen».
El protocolo para la reapertura incluye el requisito de hacer una reserva de entrada, con indicación del día y la hora en que se realizará la visita; el control de la temperatura corporal en el ingreso; el uso obligatorio de mascarillas para cubrir nariz y boca durante toda la visita; estaciones de alcohol en gel para sanitizar las manos y distanciamiento social de dos metros.
«Se hizo una evaluación muy exhaustiva de cuál es el aforo que puede entrar en cada sala. Ello permite que pueda verse la exposición y todo el Museo», dijo Palacios, que valoró la posibilidad de «enfrentarse físicamente a las exposiciones luego de siete meses con el Museo cerrado, un tiempo en el cual el arte sólo se podía ver por pantallas».
Aráoz, por su parte, subrayó la apertura de la muestra y explicó que ésta consiste en «una ficción sobre hombre, naturaleza y tecnología. La columna vertebral de la muestra es la escultura. Es una gran instalación, compuesta por varias esculturas, y en cada una de esas piezas se puede llegar a pensar en la relación entre tecnología y naturaleza».
El artista recordó que la etapa de producción y montaje tuvo cambios y nuevos protocolos, como el distanciamiento social y el uso de mascarillas, y explicó sus sensaciones en la nueva normalidad.
«Entrar a un museo y que te estén tomando la temperatura lo sentimos como cotidiano, pero no lo es. Aun así, con todas estas nuevas reglas del juego, la muestra está en pie. Está viniendo mucha gente al Museo. Después de tener una temporada (de arte) en pantallas, venir a ver una muestra, entrar en un ambiente, estar envuelto en música, está bueno», resaltó en portal de la agencia Xinhua.
Aráoz afirmó que «la muestra era para la (etapa de) prepandemia, ni siquiera sabíamos que íbamos a tener una pandemia, era para abril pero las cosas son como van sucediendo. La muestra puede bancarse (soportar) todo esto que sucedió y esta nueva energía. La gente tiene ganas de salir y de ver arte, está bueno», sonrió el autor.
Argentina confirmó hasta la noche del jueves 32.766 decesos y 1.217.028 positivos de la COVID-19.